A los Obispos y Diputados de la Iglesia Episcopal Reunidos en la 80ª Convención General:

Nuestro Pacto Bautismal nos llama a “respetar la dignidad de todo ser humano” y nuestra Iglesia se esfuerza continuamente por vivir este llamado. Como Iglesia, hemos asumido compromisos históricos y continuos con los derechos civiles y humanos, adoptando a menudo la postura correcta aunque sea la difícil. En nuestro actual clima cultural, es cada vez más necesario proclamar con valentía la humanidad inherente a todos.  

Por lo tanto, esta 80ª Convención General reafirma todas las resoluciones anteriores de la Convención General y del Consejo Ejecutivo que protegen y defienden los derechos humanos y civiles, específicamente, pero no de manera exclusiva, los siguientes, como ejemplos clave del compromiso de nuestra Iglesia con estos derechos:

2018-D032 Acceso Igualitario a Atención Médica sin Importar el Género

2012-D018 Instar a la Derogación de las Leyes Federales que Discriminan contra el Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo.

2009-D012 Apoyar las Leyes que Prohíben la Discriminación por Motivos de Identidad de Género.

2018-A229 Reconocer la Violencia Policial y Enfrentar el Racismo; y asimismo 

Se resuelve, que la Iglesia Episcopal continúe defendiendo los derechos de los menos entre nosotros, viviendo nuestra promesa bautismal de “respetar la dignidad de todo ser humano”.

EXPLICACIÓN: 

La Iglesia Episcopal ha situado los derechos humanos y civiles firmemente en la teología de nuestra tradición y en la práctica de nuestra fe. Ahora, cuando algunos pregonan la erosión de estos derechos como la opción “cristiana”, debemos reafirmar nuestro compromiso con estos derechos dentro y fuera de nuestra Iglesia.