Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Diputados,

<Texto enmendado tal y como aparecería si se adoptara y concurriera. Vea la versión que muestra todo el texto eliminado y añadido debajo de la línea de asteriscos (******).> 

Que la 80^a Convención General afirme a todos los inversionistas institucionales de toda la Iglesia el valor y la importancia de la inversión fiel (definida como la inversión de los activos institucionales de forma congruente con la fe y las enseñanzas y la misión de la Iglesia), así como de la inversión responsable (definida como el abordaje de las preocupaciones éticas en materia social, medioambiental y de gobierno, en las que se incluye el cambio climático y los derechos humanos); y asimismo 

Se resuelve, Que todos los inversionistas institucionales de toda la Iglesia Episcopal consideren la adopción de la inversión fiel y éticamente responsable para sus programas y carteras de inversión, y que administren sus activos de inversión utilizando los siguientes elementos de la inversión responsable: aplicación de directrices éticas y teológicas, la participación de los accionistas, incluido el voto por delegación; y la inversión para obtener resultados sociales y medioambientales responsables además del rendimiento financiero. 

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<Texto modificado que se propone para la resolución, donde se muestran los cambios exactos que se están haciendo:> 

Que la 80^a Convención General afirme a todos los inversionistas institucionales de toda la Iglesia el valor y la importancia de la inversión fiel (definida como la inversión de los activos institucionales de forma congruente con la fe y las enseñanzas y la misión de la Iglesia), así como de la inversión responsable (definida como el abordaje de las preocupaciones éticas en materia social, medioambiental y de gobierno, en las que se incluye el cambio climático y los derechos humanos); y asimismo 

Se resuelve, Que todos los inversionistas institucionales de toda la Iglesia Episcopal consideren la adopción de la inversión fiel y la inversión ética y éticamente responsable para sus programas y carteras de inversión, y que administren sus activos de inversión utilizando los siguientes elementos de la inversión éticamente responsable: aplicación de directrices éticas y teológicas, la participación de los accionistas, incluido el voto por delegación; y la inversión para obtener resultados sociales y medioambientales responsables además del rendimiento financiero.