A017 Evaluación del Colonialismo Pasado en los Ministerios de la Misión Mundial de la Iglesia
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Diputados,
Que la 80a Convención General reconozca y se duela de la participación de la Iglesia Episcopal y sus diversas entidades e instituciones en el colonialismo en América del Norte, América Latina, África y Asia; y advierta y lamente las mentalidades coloniales en la Iglesia de hoy; y asimismo
Se resuelve, Que la Convención General afirme que el colonialismo y sus continuos impactos son antitéticos al Evangelio proclamado por nuestro Salvador Jesucristo, y que todos estamos llamados a arrepentirnos y expiar los males perpetuados en nombre de Cristo en el campo misionero; y asimismo
Se resuelve, Que la Comisión Permanente sobre la Misión Mundial aliente a la Iglesia Episcopal a utilizar principios y prácticas que se aparten de la mentalidad colonial del pasado y se orienten hacia la reciprocidad de las relaciones en nuestra misión, ministerios y actividades de alcance; y asimismo
Se resuelve, Que la Convención General instruya a la Comisión Permanente sobre la Misión Mundial a presentar un informe a la 81a Convención General sobre el papel histórico de la Iglesia Episcopal en el colonialismo a través de su labor misionera, y cómo y dónde la mentalidad colonial sigue perjudicando nuestra labor de propagación del Evangelio.
Explicación
Cuando la Sociedad Misionera de la Iglesia Episcopal se reunió por primera vez en 1828, el Rvdo. D. Wainwright ofreció el sermón de apertura que decía en parte: “Los indios de América occidental y las islas del Pacífico son ignorantes y degradados; las hordas salvajes de África son remotas e intratables”. Desde el principio, la labor misionera de la Iglesia Episcopal se vio envuelta en el esfuerzo más amplio de la colonización. De hecho, los primeros esfuerzos misioneros emprendidos en la Iglesia se hicieron bajo los auspicios de la Sociedad de Colonización.
Mirando hacia atrás, ahora somos conscientes de que los esfuerzos misioneros episcopales, aunque siempre emprendidos con el objetivo de propagar el Evangelio por todo el mundo, también sufrieron la inequívoca conexión con el colonialismo.
Esta resolución pide a la Iglesia que revise su historia misionera desde nuestra fundación hasta nuestros días para estudiar y reflexionar sobre la difícil realidad de nuestra complicidad en el colonialismo y de cómo hemos perjudicado involuntariamente la propagación del Evangelio, de modo que podamos arrepentirnos, pedir perdón, reparar el daño y esforzarnos por no repetir esos errores.